Nº85 - Bungee
Volvemos con una intensa actualización.
Por motivo de mi cumpleaños, me dije que tenía que compensar el aumentar el aumento del contador de años con realizar alguna actividad especial. La idea es hacerlo cada año, así, aunque el tiempo pase sé que cada año me toca vivir una aventura por mi cumpleaños.
Este año, mi autorregalo ha sido ir más allá del puenting y decantarme por el Bungee. Tras buscar, encontré la única empresa que creo que hace estos saltos en Madrid:
El lugar del salto es el puente de Buitrago, al lado de la estación abandonada de Gascones.
Tuvimos suerte, y el día fue nublado lo que hizo que el calor fuera más llevadero. Al llegar allí (reservando previamente), te dan tu orden de salto, te pesan y a esperar.
Una vez puestos los arneses y bien comprobado, las instrucciones son sencillas, pasar por la barandilla, darte la vuelta, mirar al fondo y saltar. He hecho puenting antes, pero aun así, cuando te encuentras en la barandilla tu cuerpo te pide no saltar, te entra el miedo, y piensas ¿qué hago aquí? ¡si encima lo he elegido yo! Me entraron las dudas...pero al 3..2..1...salté!.
Por motivo de mi cumpleaños, me dije que tenía que compensar el aumentar el aumento del contador de años con realizar alguna actividad especial. La idea es hacerlo cada año, así, aunque el tiempo pase sé que cada año me toca vivir una aventura por mi cumpleaños.
Este año, mi autorregalo ha sido ir más allá del puenting y decantarme por el Bungee. Tras buscar, encontré la única empresa que creo que hace estos saltos en Madrid:
El lugar del salto es el puente de Buitrago, al lado de la estación abandonada de Gascones.
Tuvimos suerte, y el día fue nublado lo que hizo que el calor fuera más llevadero. Al llegar allí (reservando previamente), te dan tu orden de salto, te pesan y a esperar.
Una vez puestos los arneses y bien comprobado, las instrucciones son sencillas, pasar por la barandilla, darte la vuelta, mirar al fondo y saltar. He hecho puenting antes, pero aun así, cuando te encuentras en la barandilla tu cuerpo te pide no saltar, te entra el miedo, y piensas ¿qué hago aquí? ¡si encima lo he elegido yo! Me entraron las dudas...pero al 3..2..1...salté!.
Una vez caes, liberas toda la adrenalina. El miedo anterior es parte de la gracia que da la liberación posterior. Te liberas de todo el estrés. Caes, rebotas, giras...!estás vivo!
Para mí, de todas las experiencias que he hecho es la más adrenalínica y que más miedo se pasa, ¿repetiré? seguramente. Y si encuentro un salto "peor", posiblemente lo haga. ¿me dará miedo? muchísimo ¿querré "no saltar"? seguro. ¿me arrepentiré? NO. La experiencia compensa el miedo y es parte de la emoción
