Teniendo la experiencia previa de montar a camello (dromedario) creía que no iban a existir muchas diferencias, pero la verdad es que son experiencias totalmente distintas.
La ruta duró aproximadamente una hora, yo con "Gorda" e Idoia con "Romeo". Lo bonito es que eres tu quien diriges al animal. Y ambos se portaron muy bien y fueron muy obedientes. Salvo un incidente, en el que acabé en el suelo porque Gorda se asustó de una carreta (no se asustó de perros, bicis ni coches). No obstante, repetiría encantado.
Una cosa más que tachar en la lista y algo que os recomiendo probar.
