En pleno verano volvemos con algo fresquito…esquiar! Sí, en pleno verano y en Madrid.
¿Cómo? En Xanadú. Está claro que la experiencia no será la misma
que hacer esquí en la montaña, pero en nuestro caso era para una toma de
contacto, y vivir la experiencia de esquiar por primera vez.
En primer lugar toca ponerse el equipo: chaqueta, pantalón y
botas, las cuales, no nos resultaron fácil de poner (ni de quitar).
En mi caso
usé unos guantes sencillos de lana, pero recomiendo usar unos guantes más
gruesos o apropiados para la nieve, ya que en cuanto hacéis contacto con la
nieve, cala bastante y tienes sensación de frio.
Según la altura y experiencia tendrás un tamaño de esquí.
Asimismo en nuestro caso no nos dieron bastones al estar aprendiendo por si
tuvieras problemas en alguna caída al no saber aún.
En nuestro caso, escogimos (lógicamente) la pista para
principiantes, la cual es buena idea para aprender un poco el funcionamiento.
Para subir a la pista se usa este sistema:
Una vez arriba, dispuestos a tirarse:
En los equis unos se siente más estable de lo que yo creía, teniendo en cuenta
mi experiencia previa con los patines sobre hielo, es más difícil caerse. No
obstante, en mi caso no aprendí a frenar / girar así es que muchas veces mi
forma de parar fue…irme al suelo.
La experiencia de velocidad es increíble, aunque luego te
fijas en la gente “que ya domina” y te das cuenta de que realmente no vas tan
rápido en comparación.
La verdad es que nos lo pasamos muy bien, y estamos
dispuestos a repetir en un futuro, esta vez, con alguien que nos explique lo
básico y en una montaña, pero como primera toma de contacto con el esquí lo
encuentro muy recomendable.